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Anarquía

BOGOTÁ D.C 26 DE NOVIEMBRE DE 2019


ANARQUIA


Por:Alm. David René Moreno Moreno

Analista


Es difícil entender lo que está sucediendo en nuestro país: violencia descontrolada, vandalismo, delitos contra la propiedad, irrespeto a la autoridad, destrucción de los bienes públicos y de la infraestructura gu bernamental y en general, la violación de los derechos de los ciudadanos de bien. Es difícil creer que haya en Colombia un número tan grande de delincuentes que como esclavos, ante el llamado de sus amos, salgan a vengarse con la sociedad a la que pertenecen impulsados por sus propias frustraciones internas; esto tiene que responder a un plan perfectamente preparado por quienes quieren afectar al gobierno, además de dar rienda suelta a los odios que ha generado la polarización alimentada por pérfidos personajes y fomentada por pésimos gobiernos.


La destrucción de la propiedad privada y de los bienes de nuestra comunidad, afectando a quienes tienen que trabajar diariamente por el sustento, a quienes han trabajado incansablemente para tener unos bienes o a quienes quieren estudiar para tener un mejor futuro, indiscutiblemente ha sido causada por delincuentes profesionales, posiblemente muchos de ellos llegados del vecindario. Las marchas y las demostraciones pacíficas son legales y corresponden a un derecho constitucional, pero los desmanes solo muestran el

interés por causar anarquía que lleve al enfrentamiento sangriento entre los miembros de la comunidad.


El irrespeto a la autoridad legítima del Estado es rampante. Que tristeza ver como se ataca en forma vil a los miembros de nuestra Policía Nacional o a los integrantes de las Fuerzas Militares que colaboran para mantener el orden interno en las diferentes poblaciones, pero más triste es ver que estos no se defienden con firmeza haciendo respetar su investidura, pues temen que sean juzgados maquiavélicamente, mientras que los delincuentes continúan destruyendo lo que encuentran a su paso sin que sean objeto del castigo legal. Con la presencia de los cabecillas de las FARC en el Congreso, lamentablemente, los malhechores se han dado cuenta que el delito si paga; que tristeza.


Mientras en el país no exista una justicia imparcial y que sirva de disuasión ante los posibles delitos, continuará la violencia, el terrorismo, el narcotráfico, la extorsión y todos los delitos conexos. Mientras no se castigue al delincuente, continuaremos viendo cómo se desmorona el país que hemos ayudado a progresar. No nos puede pasar lo mismo que a Venezuela o a Cuba 0 a Nicaragua; no podemos dejar que el comunismo se implante por el uso de la fuerza, de la violencia y por la ceguera de quienes tienen algo para perder y no se pronuncian. Pensemos en Colombia y en su futuro.


Los análisis aquí publicados son responsabilidad del autor

y no reflejan necesariamente el pensamiento del CGA.

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