top of page
comunicaciones998

¿Cómo podrá ser el post coronavirus en la sociedad colombiana?

Por: Vicealmirante (RA) Luis Fernando Yance V.

Foto portada: Vanguardia.com

La sociología se encarga del análisis científico de la sociedad humana. Esta estudia los fenómenos colectivos producidos por la actividad social de los seres humanos, dentro de un contexto histórico-cultural y de tendencias efectuadas por un suceso que afecta al conglomerado nacional. En ese marco conceptual, sus valores; como la puntualidad, la lealtad, la humildad, el respeto, la tolerancia, el orden, la cohesión familiar, la solidaridad, la justicia, la equidad, la fidelidad, la prudencia, la perseverancia, entre muchas otras, tendrán cambios estructurales y de fondo en ese marco del “contrato social” debido a esta crisis que nos plantea el COVID-19.

La libertad, tendrá cambios profundos especialmente en su forma de actuar ante hechos que afectan a la misma sociedad, como es el caso que nos ocupa esta pandemia, que ha generado disposiciones para obedecer ciertas normas que van en el camino de dar seguridad a un conglomerado como lo son: la circulación, desplazamientos, cierres de algunas instituciones por períodos prolongados, disminución de eventos multitudinarios, horarios de trabajo, el mismo concepto de teletrabajo, confinamientos obligados, cierres del comercio, distanciamiento social, restricciones en la recreación, etc.

El concepto de varias condiciones que nos enmarca el capitalismo, la preponderancia del gobierno soberano, el nuevo concepto de Estado, de la riqueza, de la distribución, de la escasez y el apoyo a la sociedad más vulnerable exigen transformaciones profundas y sustitución de aquellas que hoy la sociedad entiende como prioritarias. En nuestro ámbito militar tendremos transiciones a lo fundamental. No hacerlo es no entender el tránsito hacia nuevos modelos que trazarán el nuevo rumbo debido a la pandemia.

EL ESTADO

Un nuevo enfoque tendrá que hacer el gobierno en este análisis del “Post coronavirus”. En primer lugar el de nuevas “políticas públicas”, es decir dirigir los programas de gobierno en resolver los problemas sociales causados por esta pandemia y encontrar soluciones al desempleo, a la pérdida de poder adquisitivo y a la pobreza para que todos viajemos en el mismo avión, es decir a la equidad, a la mejor distribución de la riqueza, a los salarios concertados, a las pensiones que cierren la brecha de la desigualdad, a mayores impuestos que generen un mejor bienestar a los colombianos y una recuperación de la actividad económica como foco principal.

Antes de todas estas situaciones se requiere un “nuevo contrato social”; es decir que un número mayor de derechos comprometa mayores deberes de los ciudadanos. Un contrato hacia lo social, que implique aplicar la justicia y el comportamiento de la autoridad soberana en los tres poderes del Estado, a ser transparentes en el manejo de lo público, dar ejemplo a la sociedad y esto determinará el comportamiento del ciudadano a cumplir estas premisas de orden, disciplina, buen comportamiento y respeto a la autoridad.

Esta oportunidad que generó esta crisis es para ordenar la casa en todas sus acepciones y establecer la paz entre las personas y los conglomerados, como lo insinuara Thomas Hobbes en su máxima obra “El Leviatán”, cuya principal arista es el “PODER SOBERANO”, es decir regentar las cosas públicas, asumiendo tareas y donde la libertad se verá restringida en aras de concebir un mejor bienestar a la sociedad. Esta filosofía de política moderna requiere que el soberano sea responsable, pulcro, determinador de las acciones y que lidere el camino de un mejor bienestar de los colombianos. Esto en la política macro traerá un nuevo resurgir a la sociedad colombiana y un tema complicado y de cultura la cual será obedecer a los que están en el poder y especialmente a la autoridad. Será el momento crucial del presidente para sacar avante a Colombia.

LA SALUD

La principal consecuencia de este COVID-19 será la salud, tendrán que hacerse modificaciones al sistema de salud. No más enriquecerse por cuenta de la salud y sacar dividendos de ella misma. La salud -pienso- debe ser el monopolio del Estado o reglamentarla al estilo de Singapur, que es el mejor sistema que existe en Asia y uno de los mejores en el mundo. Veamos una visión. Los centros de salud del gobierno de Singapur están diseñados para garantizar la universalidad y, para quienes se encuentran en una situación financiera delicada, acuden a la llamada del servicio “Medifund”, también con planes obligatorios para cada individuo o familia con un fondo privado que puedan cubrir una hospitalización , una cirugía o aquellas patologías que requieran atención inmediata, llamada “Medisave” y un tercer escalón “Medishield” un fondo nacional reservado a cubrir situaciones catastróficas, excepcionales o enfermedades crónicas y de larga duración que no son cubiertas por el “Medisave”.

El éxito de este programa como lo señala el Licenciado en Ciencias Económicas y Derecho Miguel Vicente López de la Universidad de Valladolid “se trata de un sistema que se basa en la responsabilidad individual de los pacientes, que no tienen incentivos para abusar del mismo porque los gastos corren a cargo de su fondo privado. Nadie queda sin atención, ya que sea por un plan o por otro, su situación queda cubierta”. Es un resumen de este gran andamiaje. Sabemos que Singapur es un país pequeño y su planificación supone menos retos que uno grande, de todas maneras, hay que intentarlo, referenciándonos con el mejor y, que es un ejemplo que debemos seguir.

Nuestro sistema con esta pandemia tendrá que ser robusto. Las iniciativas dadas en este momento y en pocas semanas pudimos observar que se pudo atender por ahora la pandemia y, la preparación fue más que exitosa, sin embargo, se mostraron falencias en los 1.122 municipios, como falta de camas con sus elementos de UCI (5.400 unidades en todo Colombia), es decir 2 camas por cada 1.000 habitantes, muy bajo (lo ideal según la OMS son 15 camas por cada 1.000 habitantes). Según el DANE Colombia tiene el 5.7% de su población mayor de 70 años y tiende a aumentar su longevidad, significa que deberá atenderse esa población creciente en el futuro cercano. La mayor transformación será en este sentido, pavimentar los huecos de la salud y estar siempre preparados para salvar vidas con un sistema de salud integrado y eficiente, es la oportunidad.

Una situación delicada son los médicos, enfermeros, y todos aquellos que trabajan en la atención de los pacientes y, son las inquietudes que ellos presentan frente a las condiciones de trabajo que no son muy claras y son desventajosas. El riesgo asumido por ellos ante esta crisis es muy alto. Muchos de ellos no tienen seguros y sus prestaciones sociales son mínimas. Este primer frente lo deberá asumir el Estado con un régimen especial hacia ellos, que nuevamente son el primer frente de batalla para contener el virus y la salud de los colombianos.

LA EDUCACIÓN

El coronavirus nos hace repensar, cual debe ser la educación que debe imprimirse en Colombia. Ojalá que la educación sea gratuita en todos los niveles. En muchas naciones los recursos dados a este rubro ascienden al 7% y más del PIB en los países más industrializados, es el caso de Corea del Sur. Colombia a pesar del incremento dado por el actual gobierno solo alcanza el 4.5 % del PIB y en la región estamos rezagados por la ausencia de políticas y falta de continuidad, también por el conflicto armado que nos atrasó por décadas del mundo actual.

Las políticas educativas deben ser a largo plazo, es decir que las leyes educativas no se vean afectadas por el cambio de gobierno, de otra forma que haya continuidad. Apostar por la tecnología debe ser una prioridad y una herramienta para que todos tengan acceso a la educación y al final prever que los alumnos ya no utilicen libros impresos. La innovación debe ser un proceso continuo de cambio, asociada con la idea de progreso y búsqueda de nuevos métodos con el fin de mejorar lo que ya existe. Colombia en el actual gobierno con estas propuestas ha diseñado iniciativas que van en este sentido y ha impulsado la “economía naranja” que se asocian a la cultura como una forma de atraer una economía creativa de riqueza a través del talento. Hoy en día es una necesidad absoluta, aquellos que no invierten en innovación ponen en riesgo su futuro. Lo estamos observando en la pandemia, países ricos que no han tenido visión en este sentido para sobrellevar esta crisis, al no transformar el conocimiento en aras de obtener resultados tangibles llevando soluciones y directrices para apalancar esta situación. Es encontrar oportunidades ofreciendo soluciones.

El presidente Duque con el BID ha desarrollado estas ideas para que la economía aumente su desarrollo. La educación debe ser nuestro pasaporte para enfrentar el futuro. Según estadísticas del DANE hoy tenemos 2´800.000 jóvenes preparados en primer nivel alrededor del mundo. Muchos de ellos tendrán que volver al país por causa del coronavirus que los deja cesantes en sus trabajos y, es el momento de encontrar soluciones para que estos cerebros contribuyan con el progreso del país. La pandemia trae nuevos retos, nuevos horizontes, requiere recursos, pero este será el segundo renglón para salir del subdesarrollo, como lo hicieron varios países después de afrontar devastaciones surgidas por las guerras.

ÁMBITO MILITAR

Considero que la geopolítica del mundo cambia ante la debilidad expuesta por muchos países con esta pandemia arrolladora, que desnudó a gobiernos en menos de dos meses. Pérdidas humanas mayores que en la Segunda Guerra Mundial en algunos países como los Estados Unidos. Hoy no tenemos soluciones. Las grandes potencias están al garete y tratando de salir de esta crisis con medidas insoslayables.

Los ejércitos cumplen su papel de apoyar a la población y de hacer cumplir las restricciones emanadas por el gobierno central o federal. Vemos el trabajo de una Fuerza Pública Colombiana profesional que se entrega totalmente a su población sin olvidar sus funciones, y una capacidad de transformar elementos de guerra en llevar soluciones a la crisis de esta pandemia.

Hoy tenemos muchos retos. El primero salir de esta crisis generada por el COVID-19 y paralelamente atender las emergencias y desastres naturales y, una tercera más contundente a mediano y largo plazo: el medio ambiente y el cambio climático que nos llevará a pensar cómo será el futuro y cómo lo enfrentaremos.

El nuevo rol de las Fuerzas del orden del país debe cambiar, como también sus estructuras organizacionales que requieren un enfoque multisectorial e interdisciplinario. Los nuevos roles de programas de asistencias humanitarias, proporcionando seguridad y defensa sin inconveniencia, una gran coordinación de las Fuerzas Armadas convertidos en actores activos en la respuesta ante una emergencia o crisis nacional, infraestructura de soporte para acudir a las regiones más apartadas. Pienso que el enfoque debe ser de unas Fuerzas cohesionadas como están hoy, con un mismo principio de servicio, aglutinadas en sus varios componentes de tierra, mar y aire organizadas y coordinadas por un Comando Conjunto con responsabilidades de cada arma y ser más progresistas en la educación, el entrenamiento, y la tecnología puesta a su servicio.

No podemos desarmar a las Fuerzas Militares con el mensaje errado de menos recursos para la defensa de la nación, sería un error craso, en la cual dos instituciones sacaron a relucir sus capacidades y entrega: los servicios médicos y la Fuerza Pública, sin estos dos resortes Colombia hubiera colapsado. Hoy más que nunca nuestras Fuerzas Militares llegaron a los confines de la República llevando insumos, materias primas, comida, infraestructura, servicios médicos, orden y sobre todo asegurando que los colombianos tuvieran ese acompañamiento. Que bien lo están haciendo y deben tener un reconocimiento perenne por parte de la sociedad. Siempre estarán presentes en los momentos más difíciles de la nación. Debilitarlas sería un error mayúsculo y perder la mejor herramienta para lo que nos depara el futuro. El gobierno debe fortalecerlas para que en crisis ayuden a los colombianos, esa será la consigna, hacer lo contrario es acabar con el mayor soporte de un gobierno para atender la seguridad y las calamidades de una crisis. Hoy lo estamos observando, un populista o alguien podría señalar que se rebajen los recursos de la nación en el presupuesto de defensa, pero hoy más que nunca está demostrado que mantener unas Fuerzas Militares disciplinadas, profesionales, vale la pena.

CONCLUSIONES

Esta pandemia nos llevó a una realidad en dos meses en todos los escenarios posibles. Las debilidades salieron a relucir, pero ante tanta incertidumbre, siempre hay una esperanza. Como decía Albert Einstein “En los momentos de crisis, solo la imaginación es más importante que el conocimiento y la crisis se produce cuando lo viejo no acaba de morir y cuando lo nuevo no acaba de nacer”.

Las medidas tomadas por el Gobierno Nacional en cabeza del presidente Iván Duque para dar tranquilidad, dicen los expertos han sido las correctas. Hay nuevos escenarios y cambios de paradigmas en las sociedades. El mundo no será igual después de que se logre combatir este virus, aún falta mucho camino por recorrer, en especial lograr el antídoto o la vacuna para ir volviendo a la normalidad.

Cinco aristas de este pentágono tendrán la atención de los gobernantes: La reconversión del Estado- los cambios estructurales de la saludtransformaciones profundas en la educaciónla mutación o la variación de los roles de nuestra Fuerza Pública y el alineamiento de la política económica. Estas transiciones tendrán serias repercusiones en nuestras vidas, en la forma de entender la riqueza, en cómo el bienestar debe ser común a la sociedad, de dar importancia a la disciplina y a la solidaridad para poder lograr los objetivos de una sociedad más justa e incluyente o inclusiva.

*LAS OPINIONES AQUÍ PUBLICADAS SON RESPONSABILIDAD DEL AUTOR Y NO REFLEJAN NECESARIAMENTE EL PENSAMIENTO DEL CGA

0 visualizaciones0 comentarios

ความคิดเห็น


bottom of page