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CARTA ABIERTA A LA ALCALDESA: REFLEXIONES DE LA AUTORIDAD Y EL LIDERAZGO EN PLENA CRISIS

Por: Vicealmirante (RA) Luis Fernando Yance V.


Ex comandante de Infantería de Marina

Ex Asesor Comando Sur USA y Universidad de Georgia en asuntos de Drogas III.

Cofundador Cuerpo de Guardacostas de Colombia en la lucha contra el crimen organizado

Foto portada: AP Photo/Iván Valencia

En la presente crisis que vive el mundo y Colombia, la autoridad y el liderazgo forman parte para conjurar los problemas que se presentan. Hoy la pandemia que ha cobrado vidas, confinamientos prolongados, cambios en la forma de vivir, desesperanza, pérdidas del empleo y otros problemas más agudos, se requiere de cierta autoridad y liderazgo para dar soluciones y atemperar los ánimos en los difíciles momentos que presentan la sociedad.

El verdadero líder es quien potencializa las capacidades de su equipo, y hace brillar a su gente. Estos dos términos autoridad y liderazgo están ligados y presentes en todas las actividades del compromiso adquirido por un líder o un jefe o un político o una autoridad en nuestra sociedad.


Maquiavelo en su obra El Príncipe manifiesta que la autoridad no es esencial a corto plazo, aunque el Príncipe intente obtenerlo a largo plazo y más bien debe comportarse y convertirse para ocupar su posición en un experto en el ejercicio del poder y, en el manejo de las situaciones.


Genio de la política, separando de esta lo moral, en un concepto eminentemente filosófico, explica como la emancipación de la política debe ser real y descarta de pleno que el poder venía del divino y que el poder político no tiene nada de divino, sugiere quienes hacen la historia y forjan su propio destino individual y colectivo, no es la Providencia sino son los mismos hombres. Ahí está plasmado en forma explícita su pensamiento del poder y la autoridad. Decía “Dios no quiere hacerlo él todo, para no quitarnos nuestro libre albedrío y, con él, la parte de gloria que nos corresponda”. Basaba sus posturas de sus subalternos en mantenerse educados, dominando en esa época el latín, preparándose mejor para la vida política, imitando los más exquisitos estilistas clásicos y complementaran sus estudios con un concienzudo aprendizaje de la historia antigua y de la filosofía moral.


Cicerón sostenía que estas disciplinas alimentan los valores para dar un buen servicio al país, esto es, la complacencia de en subordinar nuestros intereses privados al bien público, el deseo de luchar contra la corrupción y la tiranía, y la ambición de alcanzar los objetivos más nobles de entre todos: el honor y la gloria para nuestra nación y para nosotros mismos.

Ahora en nuestro plano de la crisis y que algunos llaman “estallidos sociales”, los alcaldes que son los jefes supremos de su localidad tienen grandes responsabilidades y deben tener autoridad, liderazgo y un buen manejo de los conflictos. Lo principal es que ayuden a su personal a alcanzar los objetivos del trabajo para cuando lleguen las crisis sepan sortearlo de la mejor manera. Es muy fácil desprenderse de la responsabilidad y de la autoridad culpando a sus subalternos de lo ocurrido. Debe ser calmado, elaborar en forma rápida una apreciación de la situación, despejando dudas o recriminaciones, es resolver la situación con todo su equipo y no desalentando y lo peor echándole la culpa a los demás como si él fuera la figura intocable.


Como El Príncipe de Maquiavelo, señala una virtud que debe tener el gobernante: “Debe ser amoral, es decir, debe estar por encima del bien o del mal”. El gobernante debe ser un ser superior, un verdadero filósofo que por la autoridad de su saber y la rectitud de su justicia logre respeto, obediencia y admiración. Así también lo demuestra Platón en su texto de La República (Politeia) del perfil que debe tener un gobernante para ser exitoso. El Príncipe escrito en 1513 es la obra maestra de Maquiavelo. Cinco siglos después sus palabras siguen siendo objeto del debate, de consejos de como aun príncipe debe regir su Estado, es un manual escrito para que los gobernantes sepan cómo manejar el pueblo y también el pueblo conozca y den un aviso de cómo sus gobernantes manejan al pueblo. Es toda una sabiduría.

CONCLUSIONES

El Príncipe es más que simplemente una filosofía política de su tiempo; es el pensamiento de Maquiavelo de la autoridad y liderazgo, señala con precisión el aspecto central de su filosofía política de todas las épocas, desde Alejandro Magno hasta la actualidad, y presenta una de las más perturbadoras verdades sobre la condición humana. Si leyésemos y estudiáramos los textos de autoridad y liderazgo, de la filosofía del poder, del contrato social que hoy pide a gritos la sociedad, un gobernante, un líder podría dejar de ser ambiguo (impreciso, dudoso o desconfiado) y resolver los problemas con mayor y mejor tino.

Flaco favor le hace la alcaldesa a una sociedad y a sus subalternos criticando sus actuaciones y despojándose de sus responsabilidades, sin resolver el problema principal. La Policía Nacional en este caso, lleva desde 1888 sirviendo al país y sus estructuras de fuerza al servicio de la comunidad colombiana en 132 años de historia. Hoy tienen una bagaje y cúmulos de experiencia acumulada de profesionalismo y de servicio, para que los desconocidos y faltos de rigor señalen cambios abruptos, que pueden ser peores para la institucionalidad y la nación entera. Mucho cuidado.


Los servidores públicos tenemos también culpabilidad, porque no mostramos como antes, lo que estudiamos, como lo hacemos, que capacidades tenemos, como logramos minimizar los riesgos a la población, las conjeturas, los juegos de simulación de conflictos, las pistas de aprendizaje en derechos humanos y el DIH. Anteriormente los comunicadores, gobernantes, la primera visita por un elegido popular era mostrarle las capacidades, las debilidades y las amenazas, de igual forma se invitaban a recorrer los centros de formación y la presentación de una “apreciación de situación” en las aulas de inteligencia. El presidente visitaba las instalaciones y se embarcaba antes de posesionarse para visitar las fronteras azules y terrestres. Hoy se olvidaron esos protocolos.


A la alcaldesa con el mayor respeto y consideración le solicitamos se reúna con los policías y sus líderes y diseñen una estrategia con “pilares” que demuestren su voluntad de lucha para que los ciudadanos tengan fe y esperanza en su líder y que los desmanes de los vándalos no sean el pan de cada día y estén felices que la autoridad no es con ellos. Hay que recuperar la autoridad. . .

*LAS OPINIONES AQUÍ PUBLICADAS SON RESPONSABILIDAD DEL AUTOR Y NO REFLEJAN NECESARIAMENTE EL PENSAMIENTO DEL CGA

 
 
 

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